"Necesito el carné, tengo que aprender a manejar como sea...”, le dice una sonriente adolescente a la secretaria que recepciona en una de las seis escuelas de conducción (Academia del Este, Grand Classe, Autonomy, Academia Córdoba, Gustavo Primero y Oscars) que cuentan con estructura edilicia y flota de autos. Todos los vehículos, en estos casos, cuentan con doble comando de embrague y freno y solo unos cuantos cuentan con doble volante.
“Al tener doble volante, lo podemos sacar al aprendiz al tránsito; igualmente, tratamos de intervenir lo menos posible”, dice María Pia Airolo, titular de la escuela de manejo Autonomy.
Modelos nuevos
En todas las academias consultadas coinciden en que “es peligroso dar el curso con un auto que no esté adaptado”, ya sea propio o de un profesor a domicilio (hay más de una veintena de ofrecimientos en las redes sociales). Otro dato útil es consultar sobre el auto que se empleará para aprender, ya que no debería tener más de 10 años de antigüedad. VW Gol Power, Fiat Mobi, Fiat Palio y Ford Ka son los modelos más utilizados en las academias.
Entre el dicho y los hechos
Antes de que el futuro conductor se suba al coche, todas las academias ofrecen clases teóricas. Estas abarcan principalmente mecánica básica y normas de tránsito. Luego, es tiempo de participar de las clases prácticas: cada instituto ofrece diferentes alternativas (hay desde cursos intensivos de 5 clases hasta otros más extensos, de 20 clases de una hora), según el criterio de cada una.
“Nosotros dictamos 14 clases todos los días, de modo que en un poco más de dos semanas el alumno ya conduce”, dice Javier López, de Academia del Este, quien cree que la continuidad es la clave para agarrar confianza.
Desde otras escuelas, en cambio, ofrecen tomar clases día de por medio. Es el caso de Axel Mallea, de Auto Urbano: “Es mucha información de golpe para asimilar y preferimos las clases salteadas”, apunta.
El ABC de la conducción
El primer objetivo frente al volante es que el alumno logre sacar el auto sin “corcovear” y luego pueda colocar la segunda marcha. Según Pía, de la Escuela Autonomy (única de zona norte) la ansiedad juega en contra en esta etapa.
“Muchos preguntan cuándo pueden poner quinta”, sostiene. “Doblar en rotondas es una maniobra que vemos que cuesta, hasta que logran soltarse”, comentan desde la Academia Grand Classe.
Sin embargo, hay coincidencia en que lograr estacionar es donde todos piden respaldo. “Todos piden aprender a estacionar porque es la maniobra que se rinde para sacar el carné, pero la verdad que lo importante es aprender a manejar”, dice Javier López, de Academia del Este.
Las maniobras que hay que practicar
De las maniobras que más cuestan aprender, el arranque en pendiente es la que más dolores de cabeza genera, según los consultados. Le sigue el sobrepaso y la maniobra de estacionamiento.
“El error más común al querer estacionar se da en cómo se perfila el auto al lado del coche que lo precede. La clave es empezar a girar cuando la trompa del auto propio se ubicó en el parante central del auto de adelante”, explican.
Sobre los olvidos más comunes mientras se conduce, el primero es colocar el guiño; luego, los “chispazos” de luces altas para anticipar maniobras y el uso de la bocina.
Custodiado hasta el examen
Una vez finalizado el curso, el objetivo final es rendir el examen teórico y práctico para obtener la tan ansiada licencia de conducir (el trámite dura por lo general cuatro horas; incluye examen médico, teórico de 20 preguntas múltiple opción y, en algunos CPC, además de estacionar entre vallas piden dar unas vueltas).
Para esos casos se puede optar por ser acompañado por quien ofició de instructor de manejo. Ese servicio tiene un costo aparte del curso en sí, que ronda entre los $ 1.500 y $ 2.000.
“Acompañamos a rendir en el auto donde el alumno aprendió. Es bueno aclarar que el hecho de que vayamos nosotros no influye en nada, además de que lógicamente no podemos intervenir”, concluye Airolo.
Datos útiles
En tres semanas se puede aprender a manejar.
Hay cursos intensivos de 5 clases y otros más extensos, de 20.
Los precios van de $ 2.400 hasta $ 8.000, según la cantidad de clases.
El servicio para acompañar al aprendiz a rendir ronda entre los $ 1.500 y $ 2.000.
Se recomienda aprender con autos con doble comando (doble embrague, freno y volante).
Las academias ofrecen la posibilidad de cambiar el instructor en caso de que se lo solicite.
Es importante verificar adónde se encuentra situada la academia, ya que las clases prácticas se hacen en las inmediaciones.